Seguidores

sábado, 25 de mayo de 2013

Cuando sueltas la mano equivocada, en busca de brazos vacíos.

Una vez escuché en una película de los 90 que es preferible estar solo, a con personas que te hacen rozar la soledad de todas las maneras posibles. Y puede que tuvieran razón, que se está mejor tumbada en una habitación con el único calor del radiador y las mantas. Puede que se esté menos solo sin tener a nadie que sea capaz de destrozarte.
Pero hay que ser valiente para sustituir unos brazos por una cama vacía.
Entonces ahora que lo dejé todo sin tener nada para empezar de cero sin estar si quiera acompañada, mientras tú optaste por el camino fácil de encontrar otra sonrisa extraviada que enmarcar entre tus sábanas. Entonces ahora, ¿quién es el que gana?
¿Fui yo quien consiguió hacerse más fuerte sin tener a nadie? ¿O fuiste tú quien cogió la fuerza de la autoestima prestada por unas piernas descruzadas?
Quizás seas tú el que haya conseguido el premio de la risa compartida, el que haya ganado con el método del olvido falso, (o no).
Pero he sido yo la que más ha apostado y perdido. He sido yo la que ha aprendido a estar sola sin estarlo.
He sido yo la que ha perdido, pero tú me perdiste a mi.
A la única persona que va a quererte siempre, aunque nunca más vaya a volver para buscarte.

2 comentarios:

  1. Esta vez, me has recordado a una vez que fui yo el malo. A lo que ella podría decirme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero ella no te lo ha dicho, así que puede que no se sienta así c:

      Eliminar