Ya no sé qué significa tu nombre, si son solo letras combinadas o una melodía que acaricia mis oídos y golpea mi tripa al escucharla. Tampoco tengo claro cuál era tu color favorito -puede que quizás nunca lo supiese-, ni qué película te hacía llorar como un niño pequeño, el niño pequeño que ocultabas haber sido.
Por mucho que lo intente no soy capaz de recordar dónde estaban esos tres lunares tuyos tan característicos que tanto me gustaban, ni siquiera me acuerdo de cuáles eran las cicatrices que más daño te hacían, esas que encajaban perfectamente con las mías.
Tu grupo favorito... ¿cuál era? Me suena una canción suelta, pero no estoy segura de si era a ti o a mi a quién le gustaba escucharla con los ojos cerrados a conjunto con la puerta.
Aunque sí recuerdo cómo tu sonrisa era el principio de dos paréntesis, ¿o era más bien una curva sin baches?
No lo sé.
Ya no sé qué significan estas mariposas en el estómago que siento al recordarte, si son solo dolor o restos de lo que un día me dejaste.
Ya no sé qué significa tu nombre. O quizás sí, quién sabe.
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