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viernes, 17 de mayo de 2013

Cuando la pólvora se acumula sin posibilidad de disolverla.

Creo que destruyo todo lo que toco, aunque no quiera, aunque mi intención sea más bien recomponerlo. Podría decirse que dentro soy toda pólvora, solo hace falta el más mínimo roce para hacerme explotar. Cualquier pequeño problema, incluso sin serlo, puede actuar como detonador de la bomba de rabia que llevo dentro.
Y cuando ese momento llega nadie puede detenerme, nadie puede hacerme volver a ser yo. La ''yo'' que sonríe y trata a los demás lo mejor posible, la ''yo'' que tiene empatía, la ''yo'' que todo el mundo ve con buenos ojos. La ''yo'' que no soy realmente.
Pero, lo peor no es hacerme reventar, no. Lo peor es que suelto mi carga de pólvora ya quemada sobre las personas que menos se lo merecen, solo porque quienes realmente deberían recibir todo mi daño no están, ni tampoco puede dañarse a la muerte.
Así que el roce con el detonador hace que se active el lado que no quiero mostrar, dejando en un rincón olvidado a la persona dócil que finjo ser, hasta que una punzada de realidad me hace parar.
Aunque parar no es sinónimo de haberme quedado vacía por dentro.
Dejo de explotar cuando veo el daño que estoy causando, pero para entonces ya es demasiado tarde. Y toda la mierda se sigue acumulando.
Hasta el día en que ya no pueda más.
Entonces no habrá realidad que pueda detenerme, no habrá restos empáticos que me hagan ver el dolor ajeno. Simplemente soltaré todos los recuerdos borrosos que almaceno, me arrancaré de cuajo con palabras cortantes los puntos de sutura aún recientes de mis heridas, y rasgaré mis cuerdas vocales en una última llamada de socorro camuflada en gritos de odio.
Todo en un intento de preguntarle al mundo por qué las cosas no pudieron ser diferentes.

4 comentarios:

  1. Me has recordado a mi. Hace un tiempo, llegué a la conclusión de que mi alma es negra y todo lo que entra en contacto conmigo acaba igual, solo doy sufrimiento. Estallo. Y soy la mejor persona del mundo, tan empático como el que más, tan agradable, doy todo mi ser por los demás... aunque ya no se si en realidad soy eso o solo finjo serlo, no lo tengo claro. ¿Te has sentido capaz de hacer que alguien se quite la vida con palabras?

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    1. Creo que a ese extremo no he llegado, pero sí he conseguido hacer llorar a personas y hacerlas creer que son una mierda, cuando en realidad no debería ser a ellas a quien trate de esa manera.
      Digamos que soy muy hiriente cuando quiero.

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    2. Te entiendo, yo también lo consigo, se ve que tengo la "bonita" habilidad de ir a golpear solo a los puntos débiles y conozco esos puntos en las personas que más conozco y más quiero, y no lo merecen. Lo de quitar la vida va por el comentario que acabo de poner en tu primera entrada, no lo hice, pero según dijo ella, si hubiera reaccionado de manera diferente, un "no" en algún momento, o cualquier ataque que podría haber hecho habría conseguido eso.

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    3. Lo mismo digo. Es lo que tiene tener confianza con las personas, sabes tanto de ellas que eso te supone una ''ventaja'' a la hora de hacer daño. El problema es cuando atacamos a quien no nos han causado daño alguno.

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