Lo nuestro nació muerto. Pero, ¿qué más da? Si a los dos nos encantaban las películas de zombies.
Películas. ¿Te imaginas a nosotros siendo los protagonistas?
Cada día que pasamos juntos, cada discusión, cada reconciliación, cada llamada telefónica, todo impreso para siempre en un film.
Sería bonito poder tenerlo y repetir cuando quisiera mis momentos preferidos, esos en los que aún las cosas no estaban rotas del todo. Rebobinaría una y otra vez fechas concretas. Entonces quizás, viviendo en un círculo continuo de momentos felices, podría acabar siendo feliz yo también.
Nunca llegaría a cansarme de escuchar siempre las mismas frases salidas de tu boca y acariciando mis oídos, de la misma forma que nunca me cansé de ti cuando te tenía conmigo. Incluso si nuestro film acabara desgastándose de tanto repetirlo, haría todo lo posible por copiarlo en uno nuevo.
Así tú y yo estaríamos juntos siempre, vivos en una película con final trágico borrado.
¿Verdad que sería perfecto?
Aunque puede que la perfección no esté en creerse una mentira, pero tampoco está en conformarse con una realidad que no merece la pena. Y mi realidad no merece la pena, si no soy yo la que está contigo en lugar de ella.
Desgraciadamente en esta película no puedo rebobinar atrás y volver a buscarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario