No puedes huir de las personas para siempre, y esconderte en un caparazón de mentiras como si eso fuera a servirte de algo a la hora de ser fuerte.
No puedes evitar conocer a alguien y sentir mariposas en el estómago, ni siquiera podrás hacer que tus piernas dejen de tambalearse cuando tienes a esa persona delante.
No puedes fingir que eres feliz estando solo, hagas lo que hagas seguirás teniendo ese vacío que ningún hueco en tu cama será capaz de llenar.
No lo intentes, es inútil, por mucho que quieras es inevitable que necesites a alguien. Al fin y al cabo, ¿qué somos si no tenemos a nadie? Simples siluetas que jamás imaginaron que perder la compañía de otras doliera tanto.
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