Nunca se despiden, solo se alejan como si eso fuera una verdadera despedida. Un ''adiós'' me hubiera bastado, en lugar de haber tenido que mirarte mientras te marchabas, sin poder hacer nada para evitarlo.
La mayoría de veces no es amor lo que se siente, es capricho. Ven a alguien y quieren tenerlo, sin importar qué; como un niño en una tienda de chucherías. Pero las personas no son como caramelos que puedes tirar nada más probarlos. No. Las personas corren el riesgo de enamorarse de quien se encapricha de ellas. Y es entonces cuando experimentan el dolor de sentir más que la persona que aman.
Normalmente nadie miente: exageran. Dicen querer a alguien más de lo que verdaderamente sienten, o incluso prometen quedarse con ellos para siempre; porque el ''amor'' es una droga que distorsiona la realidad. Para bien, o para mal.
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