Nunca antes había luchado tanto por una persona, y eso la
descolocaba, porque mientras una parte de ella la decía <<déjale, no le
importas>> la otra le imploraba que se quedara. Todo el mundo la aconsejaba que tenía que seguir adelante, continuar a su lado hasta que las cosas
mejoraran, pero ella sabía que nada iba a cambiar, y por mucho que quisiera
seguir queriéndole como hasta ahora, tenía miedo de dejar de sentir lo mismo.
Quería despertarse un día y que la dijera << te quiero>> como
antes, pero quería que eso fuera a la mañana siguiente, no dentro de tres
meses.
Le gustaría poder decirle << vas a perderme si sigues
esperando>> pero no podía, no tenía el derecho de hacerlo. Ella quería quedarse junto a él y decirle
todo lo que pensaba, pero era imposible por el momento, y eso la hacía
enfadarse con aquel chico. Sin embargo no se lo hacía ver, fingía que todo iba
a bien, que le daba igual la situación, y se guardaba su rencor y sus
sentimientos para ella misma, esperando al día que él estuviera listo para
escucharlos.
No estaba segura de poder esperarle ni de si a él le
importaría lo más mínimo que ella dejara de quererle. Pero no le importaba
porque tenía la esperanza de que cualquier día todo podría volver a ser como antes. Y si no, el chico acabaría dándose cuenta del gran error que había
cometido dejándola ir.
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