Seguidores

jueves, 20 de marzo de 2014

Y para ti.

Son las dos de la madrugada, y me gustaría poder decir que puedo verte dormir desde mi lado de la cama. Que pareces un ángel con los ojos tan cerrados y respirando casi tan despacio como respiro yo cada vez que te veo a ti.
Me gustaría poder decir que sigues aquí, pero no puedo.
Por eso me despido en un papel y no con una nota escrita con pintalabios en el espejo del baño, o dejándote esta misma carta justo debajo de tu almohada. Porque no estás.
Y es que en estos dos años todo ha sido eso, querer decirte lo que no digo y acabar diciendo lo que no quiero. Ya sabes cómo soy, un completo desastre que no fuiste capaz de ordenar (ni tú ni nadie).
Un desastre que ahora se va, con las maletas sin hacer porque no las necesita.
Te he dejado toda mi ropa en el armario por si quieres regalársela a la próxima chica que decidas querer en lugar de a mí, y en el segundo cajón de tu mesita tienes mi libro favorito, por si te da por querer saber a qué mundos escapo por las noches.
Que no se te olvide que también te he dejado mi perfume en alguna que otra sábana que tú nunca llegaste a compartir conmigo, porque siempre fuiste más de usar las de ella; y que mi película favorita aún sigue puesta en el vídeo, así que sácala y quémala si quieres, antes de que Amélie decida parecerse demasiado a mí y te haga creer que aún sigo durmiendo contigo.

Y si algún día te preguntas si alguna vez te quise
busca alguno de mis textos
y verás
que todos hablan
                                                                 de ti.


2 comentarios:

  1. Si hace tiempo que ya no te quiero. Si después de empezar con una lágrima cada mañana, ya no me haces falta para levantarme sonriendo. Si ya no eres todo mi pensamiento, si mi vida vuelvo a ser yo. Si hace ya año y medio y mil historias de ti. Si hace ya mucho que decisdiste que fuéramos dos en singular y no primera del plural. ¿Por qué mis letras sigues siendo tú?

    ResponderEliminar