Algún día mirarás la puerta, y tendrás que darte la vuelta porque
dudarás de si ha entrado alguien o soy yo que al irme
la he dejado completamente abierta.
Y volverás a mirar el lado opuesto de tu cama,
porque estabas tan ciego que ni eso fuiste capaz de ver
al levantarte esa misma mañana.
Y mirarás y no estaré.
Y recorrerás toda la casa y no estaré
ni yo ni mi maleta.
Quizás entonces creas que estoy loca,
que soy yo la que abandona en lugar de
dejarte aunque sea una nota.
Creerás que soy yo la que traiciona pero,
estarás tan ciego que ni te darás cuenta
de que el primero en irte fuiste tú,
aunque de manera metafórica.
Algún día no estaré, te lo prometo.
Pero si me voy no será mi culpa:
será la tuya.
Ni tampoco dejaré la puerta abierta,
porque si me voy, no querré que vuelvas.
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