Así que te vas, ¿verdad? bueno, lo veía venir. Quizás ese haya sido el problema, que tenía tanto miedo de perderte que no me di cuenta de que ya te había perdido.
Un ''adiós'', incluso un ''no quiero volver a hablar contigo'' hubieran estado bien para una despedida, podrías al menos, haberme dicho que te marchabas. Pero, cómo no, te vas sin avisar.
Veo cómo te alejas y, me arrastro. Me arrastro una vez más para que te quedes, hasta tal punto que resulto patética. Sin embargo me miras, y sigues yéndote sin levantarme.
¿Mi culpa? ¿tu culpa? no importa, el caso es que no te ha costado mucho ignorarme, al contrario que yo, que tardaré bastante tiempo en dejar de recordarte. Ahora eres una herida más que espera para ser cicatrizada. Pero lo que más duele es saber que este nuevo daño no me lo esperaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario