Tenía todo lo que quería, pero solo supe apreciarlo cuando lo perdí. Fue en ese momento, cuando te giraste y te despediste de mi con un triste <<hasta pronto>>, en el que me di cuenta de que no quería que te fueras. Quería que te quedaras conmigo para siempre, porque cada vez que te marchabas una parte de mí se iba contigo, y eso me hacía sentir más vacía que nunca.
Así que quise correr tras de ti, tras mi única felicidad, pero cuando quise alcanzarte fue demasiado tarde: alguien se me había adelantado, y la realidad me volvió a golpear con fuerza, tanto que dejé de creer en mí misma. Ni siquiera era capaz de levantarme yo sola.
Me hiciste débil, quererte rompió todos mis esquemas, pero no me importó. Ni siquiera me importa seguir queriéndote, porque sé que nadie va a saber apreciarte como lo hago yo.
Te escribo, a pesar de que estas líneas nunca serán leídas por la persona que quiero, y si lo hace, espero que tenga claro que cada palabra de este texto lleva su nombre.
Te quiero y ojalá siguiera causando en ti el mismo efecto que te provocaba cuando nos conocimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario