''Nunca te dejaré sola'', ''nunca te haré daño''. Mentiras y más mentiras. No vuelvas a prometer cosas que no puedas cumplir. Agradezco no haberme creído nada de eso.
Me enseñaste a querer y a sentirme sola. Me enseñaste lo que se sentía cuando no importas una mierda a alguien o, por lo menos, cuando esa persona no te lo demuestra. Así que, enhorabuena, eres el recuerdo más dolorosamente bonito que tengo.
Nunca llegaste a conocerme realmente, solo has visto mi faceta compasiva, la que iba detrás tuya para no perderte pero, ahora que sé que te da igual irte, te darás cuenta de que mi orgullo es más fuerte que yo misma, que sé cuándo marcharme y cuándo quedarme. Y, cariño, es momento de que me largue.
Esto no es un adiós, es un ''hasta que dejes tu orgullo de lado'' porque aquí yo ya no puedo hacer nada más, excepto ver cómo no haces nada por no perderme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario