Estaba completamente loca
pero
no del tipo de locura que se encierra
sino
más bien del tipo de cuerda
que busca saber
qué es lo que esconde
una mente ajena.
Estaba completamente loca,
a veces
se encerraba
y
lloraba desconsolada
porque no habías respondido a sus cartas
o a sus llamadas.
Ella no era como Neruda
no le gustaba cuando callabas.
Estaba completamente loca
completamente
laberintizada.
Y lo peor no
era
que tuviera el corazón hecho pedazos
sino más bien
que le gustaba saber
(creer)
que sólo tú
podías pegarlo
como pega abril los pétalos de mayo.
Ella no era una loca cualquiera,
era de esas
que llaman
a su obsesión
amor,
y amor a todo el daño
que estaba por venir
pero que aún
no había llegado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario