¿Conoces esa sensación de querer algo que no te conviene? Algo que te hace daño cuanto más lo deseas. Algo que, si lo tuvieras, solo te provocaría desgracias.
Pues tú eres ese algo. Mi <<algo>>.
¿Sabes? no tienes ni idea de lo que me has hecho. Creerás que soy la culpable -e incluso intentarás que piense igual que tú - por haberte pedido que te marches. Pero, entiéndelo cariño, no puedo mantener a mi lado a alguien que no me quiere.
Me menosprecias, me evades, me ignoras. Lucho por ti y no me valoras. Lucho por ti y, es como si no hiciera nada. Me dejas marchar como si no te importara. Me arrastro y en lugar de ayudarme a ponerme en pie, sales corriendo.
¿Cómo quieres que me quede contigo si no me dejas?
No importa. Te da igual que me vaya, te da igual perderme. Te doy igual.
Y, ¿sabes lo que más duele?
Saber que no te vas a arrepentir de haberme perdido, que no vas a echarme de menos y que me olvidarás en cuanto me de la vuelta.
Qué triste es saber que a mi contigo no me pasará lo mismo.
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