Seguidores

miércoles, 30 de enero de 2013

15.

Así que te vas, ¿verdad? bueno, lo veía venir. Quizás ese haya sido el problema, que tenía tanto miedo de perderte que no me di cuenta de que ya te había perdido.
Un ''adiós'', incluso un ''no quiero volver a hablar contigo'' hubieran estado bien para una despedida, podrías al menos, haberme dicho que te marchabas. Pero, cómo no, te vas sin avisar.
Veo cómo te alejas y, me arrastro. Me arrastro una vez más para que te quedes, hasta tal punto que resulto patética. Sin embargo me miras, y sigues yéndote sin levantarme.
¿Mi culpa? ¿tu culpa? no importa, el caso es que no te ha costado mucho ignorarme, al contrario que yo, que tardaré bastante tiempo en dejar de recordarte. Ahora eres una herida más que espera para ser cicatrizada. Pero lo que más duele es saber que este nuevo daño no me lo esperaba.

Momentos aleatorios.

-Ya volverá - dijo.
Pero nunca más volvió a verla.

lunes, 21 de enero de 2013

Cartas a ninguna parte.

Me preguntaste por qué te quería y en su momento no supe qué decirte pero, ahora, casi dos meses después, he encontrado la respuesta.
Te quiero porque contigo no me siento sola. Sí, ya sé que puede parecer egoísta, pero es la verdad.
No es que no tenga a nadie, es más bien que con todas las personas he llegado a sentirme vacía alguna vez, pero cuando estamos juntos, me completas. Siempre estoy feliz a tu lado. Es por eso que sé que te quiero, porque hablar contigo me hace feliz, tú me haces feliz, y estoy segura de que haría cualquier cosa por ti.
Te quiero porque no soy capaz de estar con otra persona que no seas tú, y lo he intentado. Cada vez que creía que no te importaba buscaba el calor ajeno, pero siempre que lo hacía me daba cuenta de que el abrazo que necesitaba era el tuyo.
Te quiero porque fuiste la primera persona en ver mis virtudes e ignorar mis defectos. 
Te quiero porque nunca antes me había preocupado cualquier tipo de sentimiento que no fuera mío, hasta que llegaste a mi vida.
Te quiero porque moriría por ti.
Te quiero porque lucharía por ti si hiciera falta (justo como estoy haciendo ahora). 
Te quiero porque me enseñaste qué era el amor.
Pero básicamente, te quiero porque eres diferente, porque fuiste el primero en no irse cuando todo se fue a la mierda.
Así que esto es todo lo que sé y es una lástima que te haya dado la respuesta demasiado tarde, porque si hubiera llegado antes, ahora mismo seríamos muy felices.

viernes, 18 de enero de 2013

14.

Me hubiera gustado llegar a tu vida mucho después, lo suficientemente tarde como para saber que tengo posibilidades de estar contigo el resto de mis días. Incluso ahora no soy capaz de imaginarme con otra persona, y cambiaría el presente con tal de haberte conocido dentro de unos años, así tendría más experiencia en las relaciones, la justa para poder decirte que eres el amor de mi vida.
Sin embargo nos hemos conocido en el momento equivocado y eso hace las cosas más difíciles. Incluso tengo la certeza de que eres mi alma gemela, por muy estúpido que suene.
No puedo negarte que a veces te imagino con otra chica, con la chica que será la madre de tus hijos, y no puedo evitar tenerla envidia. Creo que te quiero tanto que en el fondo siempre seguiré haciéndolo, de una forma u otra. Te quiero tanto que me da miedo.
Aún así, si decides quedarte conmigo, ¡adelante! siempre tendrás un hueco en mi cama, y en mi corazón. Siempre estaré esperándote porque quizás algún día podamos recuperar todo el tiempo que perdimos mientras no nos conocíamos.
Termino diciendo que lo más probable es que yo no sea la que tenga el derecho de tenerte, pero te prometo que mientras seas mío te compensaré por todo el tiempo que no podré estar a tu lado. No lo olvides nunca.

miércoles, 16 de enero de 2013

13

Emilie abrió los ojos y, aunque le dijeron que todo lo que vería sería bonito, el sitio en el que se encontraba estaba oscuro. Quiso encender la luz pero su brazo no se movió, se había quedado sin fuerzas, ni siquiera estaba segura de si ese fondo negro que veía eran sus párpados, que no habían sido capaces de levantarse.
Tenía sed, y un nudo en el estómago. Empezó a sentirse encerrada en su propio cuerpo porque ya ni siquiera era capaz de controlarse a sí misma, así que hizo lo único que era capaz de hacer: gritar. Llenó sus pulmones todo lo que pudo, pero lo que se suponía que tenía que ser un grito, se quedó en suspiro
¿Era eso lo que le esperaba? ¿No poder hacer nada para huir? Se sintió impotente, ni siquiera sabía si seguía siendo ella o si se había convertido en aire. Se sintió fría.
Hasta que empezó a notar calor. Unos brazos la rodearon: alguien la estaba abrazando. Entonces sintió de nuevo las piernas y el resto de su cuerpo, volvió a sentirse viva. Ya no había oscuridad, estaba rodeada de campo, y un vestido blanco le tapaba las piernas hasta las rodillas. Su cintura estaba cubierta por unas manos, las manos de Alked.
No se movió, se quedó quieta sintiendo su respiración entre cortada rozándole la nuca. No hizo falta que él dijera nada, sabía perfectamente que se alegraba de verla despertar por la sonrisa de su cara, y eso le confirmó que había llegado al sitio que buscaba. El sitio donde podrían ser felices juntos. Otra vez.

lunes, 14 de enero de 2013

Cartas a ninguna parte.

No es como si quisiera verte ir, de hecho quiero que te quedes. Es más bien que no estoy acostumbrada a que las personas permanezcan en mi vida, ¿entiendes? por eso me comporto de esta forma, sacando mi lado posesivo e histérico cada vez que te alejas de mí aunque sea un poco. 
Ponte en mi lugar, eres el único que podría destruirme ahora mismo, más que yo misma, pero también eres el único que puede reconstruirme. Dominas mi estado de ánimo y odio eso, porque me siento débil, como si mis ganas de llorar estuvieran controladas por tu sonrisa girada. Pero... a veces me gusta, porque cuando ríes yo también lo hago, aunque no tenga ganas, y es bastante reconfortante saber que eres feliz conmigo.
Es por eso por lo que creo que te quiero, porque fuiste el primero en demostrarme que era posible querer a alguien. Así que entiéndeme cuando te digo que tengo miedo de perderte.

miércoles, 9 de enero de 2013

12.

Me paso la noche esperando a que vuelvas y, ya ves, son casi las doce y sigues sin aparecer. Es que creo que no sabes lo que significa para mí hablar contigo, me levanto con la única esperanza de que me saludes y... eso nunca ocurre. Pero no me importa, seguiré esperándote como una tonta, porque aún sigo creyendo que te importo como antes.
Y qué gran estupidez es enamorarse de alguien que no te corresponde, malgastando suspiros por alguien que no llora por ti, que tardaría poco en superar tener que dejarte ir.
Una muestra de cariño por tu parte, saber que soy la excepción que te ayuda a levantarte, la única persona que tiene tu confianza, y la única por la que morirías si hiciera falta.
Pero no lo soy. No volveré a serlo.
Créeme cuando te digo que lucho por recuperar el tiempo que malgasté sin estar contigo.
Es injusto, ¿sabes? siempre estaré ahí cuando me necesites, cuando quieras decirme ''te quiero, cielo'' y ser felices juntos. Es injusto porque aunque quiera decirte lo que significas para mí, no puedo.
Así que... te lo escribo, porque es la forma que tengo de decirte lo que siento: convirtiéndote en textos.

martes, 8 de enero de 2013

Cartas a ninguna parte.

Tenía todo lo que quería, pero solo supe apreciarlo cuando lo perdí. Fue en ese momento, cuando te giraste  y te despediste de mi con un triste <<hasta pronto>>, en el que me di cuenta de que no quería que te fueras. Quería que te quedaras conmigo para siempre, porque cada vez que te marchabas una parte de mí se iba contigo, y eso me hacía sentir más vacía que nunca.
Así que quise correr tras de ti, tras mi única felicidad, pero cuando quise alcanzarte fue demasiado tarde: alguien se me había adelantado, y la realidad me volvió a golpear con fuerza, tanto que dejé de creer en mí misma. Ni siquiera era capaz de levantarme yo sola. 
Me hiciste débil, quererte rompió todos mis esquemas, pero no me importó. Ni siquiera me importa seguir queriéndote, porque sé que nadie va a saber apreciarte como lo hago yo. 
Te escribo, a pesar de que estas líneas nunca serán leídas por la persona que quiero, y si lo hace, espero que tenga claro que cada palabra de este texto lleva su nombre.
Te quiero y ojalá siguiera causando en ti el mismo efecto que te provocaba cuando nos conocimos.

sábado, 5 de enero de 2013

11.

Es difícil dejar ir a alguien. Nos cuesta hacerlo porque solo recordamos los buenos momentos que pasamos con esa persona, los malos los guardamos muy adentro, hasta el punto de casi olvidarlos. Al menos por un tiempo.
Al principio crees que no serás capaz de pasar página, que siempre estará ahí su recuerdo, atormentándote, pero un día simplemente te das cuenta de que no se puede conservar a alguien para siempre. Entonces, dejas de arrastrarte para no perderle, y todo se rompe.
Teníais tantos planes... tanta felicidad acumulada... y ahora todo eso es humo, el único humo que queda del fuego que creasteis entre los dos.
Pero no pasa nada, jamás vas a olvidarle, dejará de dolerte, sí, pero no se puede olvidar lo que un día te hizo feliz. Así que no mires atrás cuando decidas irte, porque probablemente él vaya tres pasos por delante de ti, y tú nunca podrás volver a alcanzarle.