Nací gritando ''revolución'' al mismo tiempo que nacía ella
proclamando el pacifismo.
Pinté paredes con mis ideales mientras ella
las hacía bellas con sus versos.
Lloré océanos por dentro al mismo tiempo que ella
lloraba manantiales con sus ojos negros.
Viví gritando que el amor no existe al mismo tiempo que vivía ella
demostrándome que estaba equivocado.
Ella era la calma de mi tormenta y la lluvia de verano.
Ella era la cautela que paraba mis impulsos.
Ella era más de Elvis Presley que de Queen
y
ella era prácticamente todo lo contrario a mí
y
yo era prácticamente todo lo contrario a ella.
Así que no era de extrañar
que ambos fuéramos iguales.
Como si formáramos las dos caras
de un folio en blanco
esperando a ser escrito
por mi bolígrafo y su pintalabios.
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