Seguidores

miércoles, 19 de febrero de 2014

365 días y varios batacazos después.

<<Te darás cuenta de que no era como las demás. Que no era una cualquiera. Date cuenta. Échame en falta al menos, que no parezca que mis lágrimas son en balde.>>
<<Siempre pensé que alguien acabaría ocupando mi lugar, pero nunca imaginé que la sustituta fuera yo.>>
<<Me dedicaré a esperar que algún día regreses, y mientras ocuparán tu lugar, porque sé de sobra que a mi ya me has sustituido. O lo harás.>>
<<¿Cómo quieres que me quede contigo si no me dejas? No importa. Te da igual que me vaya, te da igual perderme. Te doy igual.>>
<<Aún así si quieres marcharte, si no sientes dolor al dejarme, si crees que soy algo sustituible en tu vida, entonces vete.>>
Esto, y otros muchos ''vuelve'' es a lo que lleva el llamado ''desamor''. Es triste, ¿no? llegar a arrastrarse tanto por alguien que lo único que te queda es lanzar al aire mil y una llamadas de atención que nadie ve.
''¡Vuelve! ¡Vuelve!'' ''Oh, mi vida no merece la pena si no estás tú'' son cosas que resuenan en tu cabeza, que resonarán durante un tiempo y que te volverán completamente loca si no sabes cómo hacerlas callar.
La verdad es que es jodido, llegar a sentir tanto por una persona que pierdes el control sobre ti misma, que lo único que quieren tus piernas es correr tras esa espalda; y tú corazón, dejar de latir si no la alcanzas. Crees que nunca vas a salir de ese pozo sin fondo (que algunos no ven tan hondo hasta que caen en él), y que la caída es en picado y chocando con los bordes de un acantilado.
Pero no.
Todo termina, incluso las épocas que más nos cuestan.
Puedes pensar que algo es terrible, que algo no tiene final, que te han hecho daño, que has hecho daño. Pero nunca quieras... nunca te arrastres por que alguien regrese contigo. En serio, no lo hagas.
Si ese chico, o esa chica no se queda es porque el hueco les venía demasiado grande, o demasiado pequeño, que no eran la pieza que encajaba ahí. Por ello, eso no significa que nadie más pueda llenar ese vacío.
No tienes que correr tras él o tras ella, no tienes que obligarle a agarrar tu mano, no tienes que ir llorando por las esquinas como si eso fuera a hacer que tu ''mitad'' sea ese o esa que se ha ido.
Tienes que dejarles ir, tienes que irte tú también. Tienes que llorar, tienes que reír, tienes que sentirte bien estando completamente solo y ser feliz de esa manera, porque solamente así seguirás siéndolo cuando otro alguien venga.
Tienes... que valorarte más de lo que te valoran.

Mi madre decía que las personas son como autobuses: que cuando uno se va, otro viene.
Y es cierto.
Pero eso no quiere decir que tengamos que quedarnos siempre en el mismo trayecto o esperar a que venga uno nuevo. A veces se está bien sentado en el parada viendo cómo pasan frente a tus ojos.

Lo que quiero decirte, a ti que ya no puedes leerme, pero que te hubiera gustado poder hacerlo cuando más sola y más mierda te sentiste.
A ti.
A mí.
Decirte, decirme, que la única capaz de hacerte feliz eres tú misma, que las cosas cambian aunque no lo parezca, que los acantilados que tanto miedo te dan son perfectamente escalables, y que si existiera una máquina del tiempo, fingiría ser otra persona sólo para abrazarte.
Por ello nunca te arrastres, porque no sirve de nada excepto para convertirte en la estúpida que no eres.

Así que por fin, me atrevo a decir, que lo triste de esta vida (afortunadamente triste) es que todo se supera por muy imposible que parezca.



No hay comentarios:

Publicar un comentario