Seguidores

lunes, 9 de diciembre de 2013

Una madrugada en Madrid.

A veces me pregunto si existirá alguien que se conozca cualquier mínimo detalle de mí sin conocerme. Ya sabes, como cuando ves a una persona que, sin razón aparente, te causa interés y preguntas a cualquiera que conozcas si saben cuál es su nombre. Pues a veces me pregunto eso, si hay alguien que haya indagado por ahí para saber cómo me llamo, o a qué clase voy. De verdad me lo pregunto, pero la respuesta es siempre la misma: claro que no.
Y no es por menospreciarme, ni mucho menos, es sólo que no me veo siendo el misterio particular de cualquier persona. No me veo a mí misma siendo el último pensamiento de cualquiera antes de dormir. Ni siquiera me veo a mí misma siendo el pensamiento de alguien. Es curioso, yo puedo pensar incluso en aquella chica que me cruzo todas las mañanas y que me recuerda a esa otra chica que tanto desprecio, o en aquel chico que va a mi instituto y tiene unos ojos bonitos. Puedo perfectamente pasarme una clase entera de audiovisuales imaginándome cuáles serán sus nombres, pero no, no soy capaz de imaginarme a mí siendo un interrogante en una mente ajena.
Es curioso, sí, totalmente curioso...
También me pregunto constantemente si alguien que sí que me conoce tiene memorizada alguna de mis manías (que son muchas, soy una maniática). Sería bonito eso, que supieran cuáles son mis manías. Eso es algo que de verdad me gustaría saber, porque más que causar interés en un desconocido, causarlo en alguien que te conoce es totalmente mágico. Y ese tipo de magia es la que me quita el sueño por las noches, el saber si de verdad existe una persona ahí fuera capaz de saber que soy yo la que le tapa los ojos cuando me da por aparecer a sus espaldas.

2 comentarios:

  1. Antes de hablar contigo, era así, me preguntaba un montón de cosas de ti todo el día. Y aún lo hago, y me conozco algunas manía creo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Sí? Ya te preguntaré a ver si es verdad que te sabes alguna e.e

      Eliminar