Podría decirte que ya nada es lo mismo desde que te has ido, que quisiera despertar por la mañana y ver que a mi lado hay algo más que un hueco vacío y una almohada con restos de tu perfume; que quisiera perderme en tu espalda y encontrarme entre tus sábanas.
Podría decirte que tú eres el bache de mis curvas, esas que siempre fueron planas; y que si cada pájaro tiene su jaula, la mía lleva tu nombre.
Podría decirte mil palabras y aún quedarían muchas otras atrapadas en la cárcel de mis labios, de la que sólo tú tienes llave. Que el tocadiscos ya no gira, y si lo hace pierde el ritmo.
Podría decirte tantas cosas, y sin embargo me las callo.
Y es que mi silencio ya no tiene fuerzas para gritar, ni tú tiempo ni ganas de escucharme.
Qué bonito era todo cuando los ''podría'' sobraban de mis frases.
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