A veces el viento mueve tu pelo y acaricia tus mejillas. A veces lo hace de una manera tan única que te hace sentir viva.
Las hojas vuelan una tras otra dibujando círculos en el aire, como la bolsa de American Beauty. Y tú sólo puedes preguntarte si el mundo es realmente tan pequeño como pensamos, o si somos nosotros los inmensos.
No lo creo.
Creo que este lugar no está hecho para nosotros. No sabemos a dónde ir. No importa a dónde mires, nunca conocerás todas sus esquinas. Nunca deshilarás todos los hilos que nos unen al resto. Nunca vivirás como ahora otra vez.
Estamos todos igual de perdidos. Yo no sé disimularlo. Tú te escondes cada día en unos brazos distintos, y a mí sólo me sale buscar los míos. No es egocentrismo, es daño. Igual que el tuyo.
No tenemos mapa que nos saque de aquí. Tampoco es que quiera hacerlo. Se está mejor en silencio. Mirando las hojas bailar, diciendo que a veces el viento. Haciéndome pensar que ojalá tú no seas tan nocivo como yo. Que ojalá me perdones el tiempo que podría haber parado contigo.
Que ojalá seas tú el que me haga sentir libre de nuevo.